EL FUTBOL NACIÓ EN EL PARAGUAY

Los indios guaraníes jugaban ya hace siglos «a golpear una pelota con el pie, pasándola y recibiéndola con gran precisión», como relataron los misioneros jesuitas, que compartieron con ellos aquel juego.

En la selva de Paraguay se practicaba el 'fútbol' muchos siglos antes de que el 'deporte rey' se introdujera en España o se extendiera por el resto de Europa. Antes de la conquista española de América del Sur, los indios guaraníes ya se recreaban, en sus tiempos de ocio, haciendo circular una pelota que golpeaban diestramente con el pie.

En uno de sus libros, el filósofo y jesuita José Manuel Peramás dejó constancia -en la segunda mitad del siglo XVIII- de esta afición de los guaraníes, con los que convivió algunos años. «Solían también jugar con un balón, que, aun siendo de goma llena, era tan ligero y rápido que, una vez que lo golpeaban, seguía rebotando algún tiempo, sin pararse, impulsado por su propio peso», escribía el misionero español. Peramás no sólo nos proporcionó un testimonio histórico y antropológico de gran valor, sino que nos regaló, en cierto modo, la 'primera retransmisión' de un 'partido de fútbol', que se disputó en la misión de San Ignacio de Miní, al sur de la ciudad de La Asunción, actual capital de Paraguay. Y además el jesuita constató, no sin asombro, la habilidad de los guaraníes en este menester: «No lanzaban la pelota con la mano, como nosotros, sino con la parte superior del pie desnudo, pasándola y recibiéndola con gran agilidad y precisión».

El vasco José Cardiel, otro jesuita contemporáneo a Peramás, aseguraba que el fútbol de los indígenas paraguayos era «casi su único juego». Relataba que se practicaba, más a menudo, el domingo después de almorzar y advertía de que se cometía 'falta' cuando el balón era tocado con la mano. El director Roland Joffé, en su magnífica película 'La Misión' (1986), en la que describía las poblaciones jesuitas alrededor de las cataratas del Iguazú, ni presentó ni hizo alusión en ningún momento al 'fútbol guaraní'; pero muy probablemente tuvo que gozar de gran influencia en la vida cotidiana de los habitantes de la amazonía paraguaya.

Los jesuitas españoles, que llegaron a convivir más de cien años con los guaraníes, fueron los primeros que divulgaron el 'fútbol premoderno' en Europa y, a buen seguro, lo practicarían en sus ratos de descanso junto a los indígenas. Puede llegar a intuirse, al mismo tiempo, que el primer 'partido internacional' se habría celebrado en la selva amazónica, entre los indios guaraníes del actual Paraguay y los jesuitas españoles. Ahora bien, dado el carácter paternalista que distinguía la presencia de los jesuitas en las misiones de Paraguay, lo más probable es que los españoles hubieran ejercido más de árbitros que de jugadores.

Estas misiones jesuitas comprendieron una treintena de poblaciones; ubicadas en territorio colonial español y en las que vivían alrededor de cien mil indios guaraníes. Sin embargo, el número de jesuitas apenas sobrepasó el medio de centenar. Así y todo, la tutela de la Compañía de Jesús garantizó que los guaraníes no fueran esclavizados por los colonos españoles y portugueses. Sostenidas sobre una economía comunitaria y un sistema social igualitario, ordenado y armónico, las misiones jesuitas alcanzaron un significativo desarrollo.

Tanto es así que, en su tiempo, las misiones jesuitas de Paraguay llegaron a ser comparadas con las 'sociedades ideales', que describieron Platón o Tomás Moro en sus obras. Un militante anticlerical y enemigo declarado de la Compañía de Jesús, como fue Voltaire, llegó a reconocer que «el asentamiento de los jesuitas españoles en Paraguay muestra, en cierto sentido, él solo, el triunfo de la Humanidad (…). Los jesuitas en América del Sur ofrecieron un nuevo espectáculo al mundo». Y es evidente que, en este nuevo modelo de organización social, la práctica del deporte y de la limpia competencia 'futbolística' tuvo que contemplarse necesariamente como un valor esencial a potenciar. Pero la envidia que la prosperidad de los guaraníes despertó, unida al recelo hacia la gran influencia de la Compañía de Jesús en el imperio español, provocaron que el rey Carlos III decidiera, en 1767, expulsar a los jesuitas de todos sus dominios y clausurar las brillantes misiones.

El fútbol moderno, o tal y como lo conocemos hoy, tiene su origen en Gran Bretaña, a mitad del siglo XIX. Pero, a lo largo de la historia, culturas dispares han incluido juegos de recreo o de competición centrados en sostener o impulsar una pelota con los pies, casi siempre con el fin de alcanzar una meta o introducirla en un aro, una red… En los pueblos mediterráneos de la Antigüedad; en las culturas milenarias de China y Japón; en la América precolombina o en la Europa de la Edad Media se reprodujeron juegos de este tipo. La mayoría de las ocasiones, estos juegos fueron de carácter puramente lúdico, pero a veces, como en la sociedad azteca, emanaron un profundo significado religioso.

El 'fútbol guaraní' fue uno de los que mejor se asemejó al fútbol moderno. De hecho, históricamente los guaraníes se han extendido, sobre todo, por tres de las naciones en las que el fútbol moderno ha ganado más presencia social: Paraguay, Brasil y Argentina. Paraguay nos lleva más de quinientos años de ventaja jugando al fútbol. No será fácil vencerla y conseguir clasificarnos para disputar las semifinales. Los primeros futbolistas fueron paraguayos. Y los primeros españoles que jugaron al fútbol fueron misioneros jesuitas. 
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